No se quién soy, ni de dónde vengo, ni hacia dónde voy...

lunes, 31 de enero de 2011

Siento, luego existo...

Decia unos de los hermanos Marx que dudaba de la existencia de vida inteligente en otros planetas pues no la habia encontrado en el suyo propio. Sus dudas acerca de la inteligencia del hombre no eran del todo infundadas. Muchas veces sobrereaccionamos de forma exagerada o mostramos cantidad de prejuicios sin base logica alguna. Otras sencillamente obramos tirando piedras a nuestro propio tejado para protegernos de situaciones que no entrañan peligro alguno. No es de extrañar que alguien ponga en duda el raciocinio de nuestra especie. ¿Somos simples animales? ¿O nuestra inteligencia muy por encima de la media del reino animal nos eleva a otra categoria? La respuesta es no a ambas preguntas.
El hombre es un animal racional. Lo que no sabe mucha gente es que la cronologia de la anterior frase es totalmente literal. Cuando llega nueva información al cerebro, este la procesa, tal cual programa de identificación de huellas, intentando detectar situaciones parecidas con las que poder sacar conclusiones rápidas de una forma totalmente inconsciente. Basicamente se trata de un mecanismo de defensa que nos hace saltar las alarmas incluso antes de que hayamos podido interpretar los hechos. Muchas veces hemos sentido miedo, ira o felicidad por cosas o situaciones sin saber muy bien el porque. Sentimos antes de pensar porque nuestro cerebro ha sido construido a partir de un sistema operativo antiguo al cual le hemos incrustado la racionalidad a la fuerza. Y como le pasa al Windows con el MS2, los fallos en el sistema estan a lo orden del dia. De nosotros depende entender lo que sentimos para que seamos nosotros y no nuestros miedos quien nos gobiernen.

Aportación de Luis Pelillos AlaMar.

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